No soy un recurso humano, algo que se utiliza, se exprime y se deshecha cuando ya no sirve. Soy un SER humano, con todo lo que eso conlleva de bueno y malo, de altos y bajos, de virtudes y defectos… como tú (ni más ni menos).
No soy un producto defectuoso por tener «más de 45 años» escrito como etiqueta. Cada segundo de mi vida me ha aportado algo, y quien no lo entienda, es que no entiende nada de la vida, por lo que de nada sirve tratar de explicárselo.
Mi vida no se puede resumir en una página, para que sea sencilla y rápida de leer. Mi vida ni ha sido rápida, ni sencilla, como la de nadie a quien admire de verdad. Si no puedes pararte a leer, al menos, párate a pensar si ese es el tipo de vida que quieres.
Me niego a «desnudarme» ante cuestionarios obsoletos, preguntas manidas y personas que parecen que me «regalan» su tiempo, más que nada, porque a mí no me han enseñado el resultado de sus cuestionarios, las respuestas a sus preguntas y porque mi tiempo es tan valioso como el suyo.
No soy «soldado» al que reclutar en una inventada y ridícula «lucha por el talento». Talento hay a patadas en todos los sitios, aunque lo que escasea es gente que sepa reconocerlo y tenga el valor de darle libertad para demostrarlo.
Me niego a ser parte del comercio de personas (como si fueran ganado) en ferias de empleo, de talento, de networking, de emprendimiento… Las redes nos dan la inmensa libertad de conectar con el resto del mundo por lo que hacemos, por nuestro arte, por nuestros dones y talento.
Creer que otros nos tienen que validar, aprobar, dar su visto bueno, aceptar, seleccionar… es renunciar al inmenso poder que todos llevamos dentro por derecho de nacimiento. Quien decide renunciar, está renunciando a su grandeza algo que ninguno de nosotros debería, ni tan siquiera, plantearse.
Mi miedo a la escasez, a no tener dónde vivir, a no tener con qué alimentar a los míos es real… pero no te equivoques: yo soy el único que no se va despedir a sí mismo, ni ser va hacer un ERE, ERTE (o lo que sea que se inventen). Por lo tanto, prefiero confiar en mí y pelear por mis sueños, que mendigar por el sueño de otros.
Estoy harto de conceptos que ya no se llevan ni en el mango de paraguas: competir, luchar, lograr objetivos, … prefiero, muy de largo, colaborar, co-crear, servir a un propósito y sobre todo VIVIR.
Y sí, vivir la vida conforme a mis ideales, a mi manera de entender a los demás, las relaciones, el trabajo, la amistad, la gratitud, la humildad, la generosidad… me da pánico a ratos. Nos han educado en el miedo, en la renuncia a lo que somos para aparentar en función de lo que tenemos, pero nunca lo olvides: todo gira en un instante y cada mañana se nos da una nueva oportunidad de comenzar, de salir a jugar el partido, de levantarnos después de la derrota, de soñar y de creer…
Una cosa es morirse y otra, perder la vida y no pienso renunciar a mi vida antes de morir. Espero que cuando mi vida acabe sienta que dediqué todo mi tiempo en una carrera que SÍ era la mía.
No soy un recurso de nadie y nadie es un recurso para mí.
YO, solamente, soy YO.